Nº. 10 ¿Cuánto me vas a cobrar por ese “monito”?
Los “monitos” en realidad se llaman planos, y como tales resumen el esfuerzo intelectual del arquitecto.
Aunque su representación parece muy básica (líneas y números) los planos del arquitecto no muestran todo el trabajo de análisis, pruebas, y estudio que hay detrás de ellos. Por eso cuestan mucho trabajo.
Nº. 9 ¿Acaso no es lo mismo ser arquitecto que maestro constructor?
Son dos actividades con semejanzas pero sobre todo con relaciones muy estrechas.
El constructor ayuda a que los diseños del arquitecto se lleven a cabo; si bien puede haber un constructor o un jefe de obra muy experimentado y con cierto entendimiento del diseño arquitectónico, la diferencia la marca el aprendizaje en la universidad.
Nº. 8 ¿Tanto tiempo te llevó hacer eso?
Como toda labor del pensamiento, llegar a un resultado se lleva su tiempo. Lo que se produce rápido y sin reflexión, seguramente causará muchos dolores de cabeza en su ejecución.
Nº. 7 Tú que eres arquitecto ¿qué sofá combina con estás cortinas?
Hay un abismo de diferencia entre un arquitecto y un decorador de interiores.
Nº. 6 Antes de que imprimas, ¿puedo cambiar una “cosita” nada más?
Aunque parece que un pequeño cambio no afectará un diseño, esto no es del todo cierto. Cualquier cambio, además de modificar el presupuesto, debe revisarse a conciencia para saber si no afecta la estructura o las instalaciones.
Un cambio no se toma a la ligera.
Nº. 5 Eso lo hace el computador solo ¿no?
Es como los planos: alguien tiene que dibujarlos. La computadora es una herramienta y como tal, alguien tiene que decirle lo que tiene que hacer.
Nº. 4 Conozco a un maestro que me lo hace por la mitad de precio.
Sí: un maestro siempre será más barato, pero lo que hacen no es lo mismo. El mejor maestro albañil que hay te va a hacer el mejor trabajo de construcción que se puede, si bien dependerá de su sensibilidad ofrecerte una excelente optimización del espacio, relación espacial, entorno urbano, proporciones, cumplimiento de las normas, cumplimiento de leyes y reglamentos, iluminación, ventilación, etc. Por otro lado, un excelente arquitecto podrá ofrecerte todo lo anterior pero no va a construirte con sus manos. El arquitecto va a diseñarte tu espacio (casa, local, hotel, etc) desde el principio y supervisar que el trabajo de construcción se haga con calidad, hasta que se te entreguen las llaves de la casa, si así lo deseas, listo para habitarla.
Nº. 3 ¿Eres arquitecto?… Me han salido unas grietas en casa, ¿las puedes mirar?
Sí puede, pero lo puedes hacer tú mismo si raspas un poco la pared para descubrir si solo se sopló el estuco, es un problema de humedad o hay un daño más grave en el muro.
Nº. 2 Ustedes son los que dibujan casas ¿no?
Más que eso: usamos el dibujo como un medio de expresión que hace que un grupo de trabajadores pueda construir una casa o cualquier estructura: oficinas, locales comerciales, hoteles, hospitales, etc.
Nº. 1 Tenemos un conocido que nos hará la obra, sólo necesitamos que hagas el dibujo
Un arquitecto también es constructor (es verdad que algunos arquitectos no construyen, sólo hacen el proyecto y los trámites, es decir, todos los planos con especificaciones necesarias que necesita tu casa y la burocracia municipal). La ventaja es que un arquitecto que también hace la obra ve la manera de reducir costos y optimizar todos los recursos desde el diseño. Esto le permite entender a plenitud los factores más importantes durante la ejecución de la obra para evitar errores costosos. Eso significa que cuidar tu presupuestos siempre serán su prioridad.
También puedes contarle dos chistes:
“Hijo tú, que eres arquitecto, métele un pedacito de cartón a la pata de la mesa para que no se mueva”.
“Hijo, tú que estudiaste arquitectura, ve y pregúntale al vecino cuánto le cobraron los los maestros por construir su quincho”.
Gracias, gracias no se molesten…